Solamente una ilusión intentando cambiarte, solamente una brisa fría, la última opción es huir, cruzar los senderos, saltar en los charcos, y tocar la hierba con la punta de los dedos.
Expongámonos al sol de invierno en busca de calor, dejando que se nos ponga la piel de gallina, mientras los escalofríos surcan nuestra columna en repetidas ocasiones.
Expongámonos al sol de invierno en busca de calor, dejando que se nos ponga la piel de gallina, mientras los escalofríos surcan nuestra columna en repetidas ocasiones.
Olvidemos los momentos que estuvieron de más, tropecemos con distintas piedras y cojámonos de la mano para descender de la cima de la soledad.
Entreguemos el aliento templado a la fortuna, de invisible apariencia, y surquemos las oscuras mareas de ceniza arremolinada, mientras escuchamos el graznido hueco de las aves de la imaginación, mientras las miradas vespertinas hacen tretas infames, en la desesperación del eterno amanecer en la noche de la nostalgia.
Ten presentes las constelaciones de las almas, ten cuidado con el vacío, sigue las lineas imaginarias que juntos crearemos, las que unen instantes, unen sonrisas y abrazos a media noche.
Huye de palabrería aunque sea mía, huye de redes, de trampas infectadas de ponzoña gris, porque parece que hay quien solo busca inyectar mentiras, y busca, por su infelicidad, la desgracia ajena como desahogo propio.
Tan emocionantes versos escupidos en las calles sin salida, y tantas palabras vomitadas en tugurios desamparados, para que se pierdan eternamente en esporádicas luces de recuerdos.
Atrapado eternamente en solo una ilusión que trata de cambiarme.
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