Tengo en el pecho una ansiedad preciosa,
tengo unas lágrimas aferradas al lagrimal,
lo oprimen pero no se atreven a salir,
tengo una golondrina anidada en mi cráneo,
y un rosal enredado en las costillas,
unas serpientes suben por mis piernas
y hay un gato enredado en mi pelo,
ronronea.
Unos espadachines luchan en mi estomago,
un alpinista escala mi espalda,
unas liebres corren por mis dedos,
y dos exploradores atraviesan mis brazos.
y creo que en las palmas de mis manos
ensaya la peor orquesta del mundo.
Sobre mi hombro derecho corre un río diminuto,
y ameno forma meandros cubiertos de amapolas,
y en el izquierdo hay una cantaora muda
vestida de gitana sobre una silla andaluza,
un cantar que no suena, un corazón que calla.
En mis labios hay silencio y en mi garganta un grito,
que lucha por salir,
que muere al suspirar.
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