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jueves, 4 de mayo de 2017

Las almas que flotaban sobre el mar

Me contaron una vez que existe un mundo en el que solo hay un gran mar, y todas las almas están flotando en él, hay gente que está atada a una tabla, a esta gente le toca vivir mirando al cielo o a la profundidad del océano, pero hay otra gente que nada libre, puede bucear o nadar en la superficie, esta gente que no está atada puede dedicar su vida a explorar las profundidades, también pueden, si son cobardes, quedarse siempre en la superficie mirando el cielo y viendo al resto de personas atadas a su tabla.

La gente libre que es bondadosa puede ayudar a los que están atados, pueden ponerlos mirando al cielo, es posible que también puedan liberarlos de su tabla, aunque los libres cobardes ven piadoso dejarlos mirando únicamente arriba, sienten un miedo atroz a la oscuridad, y creen que a todos les asusta, pero si toda tu vida has estado mirando abajo tus ojos no están preparados para ver tan directamente la luz, y resultaría cruel girarlos. Dicen que en aquel mar a veces hay fuertes oleajes que giran a algunas personas, a algunos esto les aterra, y pasan su vida buscando formas de no volcar, algunos libres ayudan a esta gente y se mantienen a su lado sujetando la tabla en las tormentas, hay quien cree que esto es cruel ya que privan a esta gente de que el destino les lleve a ver otros puntos de vista, todo lo que no sea liberarlos o dejarlos a merced del destino podría ser cruel. Cuentan historias de algunos libres que bucean tan profundo que en la oscuridad encuentran cosas increíbles, algunos hablan de fantásticas bestias que desprenden una bella luz pero que a la vez infunden temor en los corazones por poseer afilados dientes y presentar formas inimaginables, otros simplemente hayan la paz en el inmenso silencio y la impenetrable oscuridad. También existen seres libres que buscan el mal, ya sea por su naturaleza o porque han visto algo entre las tinieblas de las profundidades, las del mar o las del alma, que ha hecho que se vuelvan malvados. Curiosamente actúan de una forma similar a los libres buenos pero cobardes, que actúan pensando en lo que creen que será mejor para los atados sin pensar en que lo que hacen no es lo que realmente desean, pero los malvados actúan intentando herir, en ocasiones los malvados ayudan sin saberlo a alguien que desea volver a mirar abajo y fue girado hacia arriba por una tormenta o un libre altruista pero cobarde, o puede que un malvado, tratando de herir los ojos de alguien que siempre ha mirado abajo, lo pone hacia arriba y este descubre la belleza del cielo. Sin lugar a dudas lo que sería mejor para alguien atado sería ser liberado, y así decidir a dónde mirar, pero algunos malvados se dedican a atar a otros, estos son los que intentan atar a todas las almas al nacer, siendo este el acto más despreciable de este mundo.

Aún no os he contado que existen otro tipo de almas, siendo estas las más impresionante, estas son las que son atadas al nacer pero en ellas crece el impulso de la libertad, y sea cual sea su condición desean ser girados para ver la otra parte, ellos rezan por una tormenta, anhelan ser libres por encima de cualquier cosa, y si estos no son liberados encuentran la forma de romper sus grilletes, y cuando son libres no solamente son capaces de girar a su antojo y de bucear para explorar, sino que tras contemplar amaneceres, atardeceres, días soleados, nubes de formas infinitas y los cielos estrellados de  las cuatro estaciones, adquieren una capacidad que les permite algo que muy pocos tienen, y que muy raramente consigue alguien que al nacer es libre, ese poder no es otro que volar, crecen de ellos unas alas en el momento en que comprenden que el mar se les ha quedado pequeño, sacan la fuerza para despegarse del agua, y baten sus alas para explorar un mundo, allí arriba, que nadie podría imaginar.

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