¿Quién dibujará ahora mis sueños desquiciados? Nadie hace brotar de la tinta mis sueños e ilusiones, nadie me acompaña en las travesías oníricas de mi mente. Ni siquiera yo hago últimamente el esfuerzo de almacenar esos borrosos recuerdos de ficción macabra.
Ya no menciono a la luna en cada maldición desconsolada, ni escribo la belleza de la pálida luz que antaño me emocionaba, hasta el punto de romperme, y liberar de las heridas las saladas lágrimas.
Ya no escribo a damas que transformaba en metáforas. Adiós marmórea piel, adiós al batir las alas de las pestañas voladoras, adiós a la sangre que nutría de color esos labios, ni primaveras ni flores tienen cabida en sueños que solamente anhelan volver a soñar.
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