Estoy cansado, el silencio inflamable me hace delirar con sombras fatuas. Me asustan las risas forzadas de esos oscuros seres que oigo a través de la ventana, rompiendo la cordura de la noche con una agresividad desligada de la realidad. El oscuro vacío de mi habitación me asfixia con la angustia del mañana, y escondo mis miedos con una panoplia ridícula. Los juegos de luces de mi mente se distorsionan hasta perder la coherencia, esto me obliga a desechar cualquier color alegre, por mucho que intente imponer el rosa. Todo lo que me rodea está hecho de un pálido azul y un verde oscuro casi negro, cualquier intento de mezcla me llevará a ese macabro juego de distorsión e incoherencia.
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