No pienso, sólo escucho, escucho mis pensamientos y me aburro, me decepciono, igual que todo el mundo, todos parecen de mentira, no me enamora nadie, no me sorprenden ni me enseñan, solamente las luces y los reflejos ordenados y desordenados, sinceros o falsos crean ilusiones y agitan mi interior, aveces, consuelan la falta humana, simplifican las carencias y las vuelven pasajeras. Divago inútilmente buscando en mis palabras alguna cura o alguna pista de qué soy. Y quizás saber dónde estoy o a dónde me he ido.
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