Me siguen persiguiendo esos dos gatos, el verde y el rojo, me siguen con sus silbidos, se arrastran y se deslizan, no hacen ningún ruido cuando me quieren sorprender, sus metamorfosis, su tamaño sobrenatural, su ausencia de uñas que hacen de sus dedos acaben como los de un anfibio, todo en ellos escalofriante, todo surrealista, agobiante... Terrorífico. Eran crías extrañas que quedaron diminutas tras el abandono de su primera piel, manteniendo su intenso color y el tamaño de sus ojos negros y vacíos como la oscura muerte, crecieron rápidamente hasta por encima de las rodillas, con forma de felino, pero yo conocía la forma final, la de cobra o víbora, y puedo imaginar como se tragan entre ellos sin fin, causando además de miedo repulsión. ¿Eres Apofis, eres Uadyet? ¿Debo acaso seguir con miedo? ¿Esta vez me defenderás gato verde?
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