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martes, 28 de febrero de 2023

Al principio...

Al principio, fue la voz, el primer instrumento. Los humanos creían en los espíritus de la naturaleza, y con la voz trataban de agradarlos, pedirles compasión, buena caza, buena cosecha, fertilidad, no sólo propia, pedían primavera. En algún momento remoto, algunos humanos, trataron de imitar a la naturaleza, sólo con la voz estaban muy limitados, sabían imitar el sonido del viento, de las aves, de las presas y de los depredadores, sabían incluso imitar el sonido de algunas emociones, pero había cosas que la voz no era capaz de hacer, cómo por ejemplo el germinar de una semilla, o el crecer de un árbol, o el abrir de una flor, podían imitar el sonido de la lluvia incluso el del trueno, pero no había sonido para las nubes negras, o los cielos despejados. Podían imitar el llanto de un recién nacido, la risa de un niño, o la tos de un anciano, pero no había sonido para la quietud de la muerte, sólo para el llanto.

Necesitaban el verbo, el pasado, el presente y el futuro, y ese verbo se tradujo en acción, y la naturaleza se representó a través del ser humano, cuando se cubrieron de ramas, de barro, de la corteza de los árboles o la piel de los animales se creó la ropa, pero cuando se cubrieron el rostro, se creó la máscara, y la naturaleza pudo hablar a través de la acción y el movimiento. Cuándo el sabio se cubría de pieles, ya no hablaba él, eran los espíritus de la naturaleza a través de él. Los dioses ahora se asemejaban a nosotros.

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