Te dejan las obsesiones sin aliento y se difuminan las ideas cuando el pecho te oprime con amarga ansiedad. Te pesan los ojos y no te duermes. Lentamente muero con mis esperanzas y mis sensaciones. La inquietud me atormenta porque escribir no me libera de nada, solamente ordena los inconexos pedazos del alma rota, mezcla la inseguridad y el miedo, la incertidumbre, la prisa, y las siete plagas entre trompetas desafinadas que anuncian la entropía y el fin de los días, pero no las noches, que se tornan infinitas, semejantes a una muerte en vida.
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