En invierno las estrellas cambian, son básicamente otras, aunque aquí abajo únicamente hace algo más de frío, hoy en cambio un perro me ladra, no me deja imaginar, ni pensar, al menos lo he intentado, será que él sabe que no es el momento de volver al mismo lugar de siempre a escribir la misma mierda melancólica o esperanzadora de siempre, puede que este invierno no sea para escribirle a las estrellas, este invierno será para escribir baladas al suelo, al frío y a la bendita oscuridad.
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