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viernes, 15 de enero de 2016

ESCILA: Odio, 9 de julio 2014

¿Los oyes? ¿Los oyes tú también? Repiten lo mismo, una y otra vez, cada vez mas pesado, cada vez mas intenso. Pero ahora que se ha apoderado de mi cabeza, dime, ¿cómo me deshago de ello? Y es que ese susurro no viene de fuera. Ese susurro, esa voz bajita y agobiante esta en mí. Está aquí ahora: -Empieza en susurro y acaba a gritos.- Ella siempre está mirando. A veces, se contenta con vislumbrar como me desarmo en mil pedazos que, más tarde, quedarán empapados por el roció de la mañana. A veces, se deleita observándome mientras me recreo en la asidua tarea de desmenuzar el alma, entre gritos de flores secas y aroma a melancolía. A veces, se regocija contemplandome al dejar escapar el primer aullido agónico de la noche, embriagada por la pesadumbre de los trece tormentos amarrados a mi espalda. A veces... A veces me sonríe, provocandome escalofríos con sus tenebrosos y atentos ojos. Y es que ella siempre está mirando. Ella siempre me está mirando. Siempre alerta. Siempre vigilante. Desearía matarla.

Un pájaro muerto ha entrado por mi ventana, portando luces plateadas que ahora bailan al son del desconsuelo sobre el frío hielo que nubla mi existencia, disfrutando de sus últimos segundos de vida antes de ser engullidas vorazmente por las sollozantes y densas sombras que me acompañan donde quiera que voy.

Un pájaro muerto llamado azul...

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