No sé cómo me he atrevido,
no sé porqué lo he dicho,
no sé en qué momento,
no sé en qué suspiro,
pero bueno, ha sido.
No lo digas a nadie,
porque no sabré qué he dicho,
no me digas nada,
porque no te he escrito.
Y siempre me equivoco,
y siempre la pifio,
y siempre no te digo
lo que te he dicho.
Y nunca me lo creo,
y nunca más respiro,
jamás me lo recuerdes,
que yo ya no lo olvido.
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