Adivina dónde estoy, donde te he escrito tantas veces, haciendo lo de siempre, mirando las estrellas, hoy se distinguen claramente porque no hay luna, incluso mientras te escribía esto al alzar brevemente la mirada he visto una estrella fugaz, y se ha perdido tras las nubes distantes del horizonte. Allá al sur veo Marte con su luz anaranjada, me recuerda tu pelo descolorido, y bueno, por ese motivo siento la necesidad imperiosa de escribirte como tantas veces sin esperar ninguna respuesta, no sabes cuantas veces me contengo después de ver muchachas con cariocas, tampoco sabes lo que me contengo cuando con cualquier estrella me viene al recuerdo el brillo mágico de tus ojitos. Cuando el frío me derrota cada vez que paseo sólo por la noche me contengo para no escribirte cada noche un dulces sueños.
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