Me defino como ser de la noche, odio acostarme antes de las 3, y odio levantarme sin propósito antes de las 11, puedo decir que las sombras son mis amigas, no porque me oculte en ellas sino porque el vacío que me muestran me ayudan a dejar la mente en blanco, en negro, ellas ocultan lo innecesario, y lo hacen con el fin de mostrar las estrellas, sin oscuridad la bóveda celeste no desvela su verdadera identidad tenebrosa, y a la vez inmensa y hermosa. La luz, en cambio, me muestra en ocasiones cosas que no necesito ver, que no quiero saber, la luz distrae, e intenta de modo violento someter al mundo a su dominio, nos ciega el exceso de luz, los ojos pueden adaptarse a la oscuridad pero se dañan en cada exceso de luz. Aunque sin luz no haya sombras, sin luz se ve mejor.
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