Te quiero te decía mientras me abrazabas y llorabas, te quiero, eres preciosa, te quiero, llora, desahógate, sácalo todo, no dejes esa mierda en tu interior.
Intentabas no hacerte la víctima, no querías que pensase mal de él, en el fondo él está atormentado, el no se daba cuenta de que lo hacía, pero lo hacía, es su temperamento, es muy impulsivo, es pasional, está deprimido, verdad, ¿lo justifica? No.
Ella no lo había contado hasta hoy, ella lloraba en parte por el efecto de la cerveza, él observaba como me abrazaba llorando, sospechaba porqué lloraba, su mirada hacia nosotros no era celosa, él se arrepentía, se arrepentía con toda su alma, lo podía ver en sus ojos, él sabía que había perdido seguramente para siempre a la persona más bella que había conocido, él creía que no había sido por eso, y no la había perdido por eso, fue porque el estúpido, borracho de mínimo, se había acostado con otra, muy noblemente no lo guardó en secreto, se arrepintió en el acto, y así ella se liberó, y siguen siendo amigos, y parece que están bien, pero algo no va bien si llorando me abraza y me cuenta esta historia, ¿porqué? Porque hay cosas que no podemos guardar tanto tiempo sin que una noche rompamos a llorar.
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