Inquietante silencio, odioso si no deja dormir, pero, es bello también perderse en el silencio. Y en su quietud deleitarse del sonido de los latidos del corazón, sintiéndolos como si una gota de agua cayese en la profundidad del pecho, y una sonrisa siniestra cuando la respiración tapa ese sonido a veces melancólico y débil que te recuerda tu mortalidad y debilidad, respirar más fuerte hace olvidar el silencio y quieres recuperarlo, para así entrar en el bucle triste del odio al latido de tu propio corazón.
Más adelante hablaré de otros tipos de silencios.
Más adelante hablaré de otros tipos de silencios.
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