Llevo mucho escribiendo, pero nunca te he escrito a ti, no eres otra de ojos azules, eres mi niña, la de cada verano, te ignoraba en parte, pero siempre te tuve en mente, siempre en mi cabeza, y en mi corazón, mi niña, de infantil sonrisa, de ojos claros, mirada inocente, el recuerdo de tu voz se confunde a veces con la brisa nocturna en agosto, el fresco devenir de una noche, de verano.
Y hoy, esta noche,
te recuerdo, noche de mayo
con un viento de verano.
Parece que tengo las ideas agotadas,
y los sentidos embotados,
pero sigo sincero, y triste, asolado.
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