Aunque pierda el rumbo me lleva la corriente, me guío en el eco del murmullo de las olas de esta incesante marea, muero en los olvidos de amores invernales, renazco en las sonrisas que me surgen en el día a día. Hoy ha sido un día de querer llorar y no poder, me ha inundado hoy una fuerte alegría, he reconocido hoy corazones, casi estalla el mío de emociones olvidadas, de ilusión de niño. Son los detalles cotidianos los que marcan la diferencia y me estoy encariñando demasiado de gente que no sé si en pocos años volveré a ver.
He encontrado a los que no quiero fallar,
y aunque no sé en que puerto vamos a parar,
quiero al ritmo de los corazones remar,
sin importar el agua ni el viento ni el mar.
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