Mundos imperfectos de absurda inexistencia,
tropieza el tiempo cada segundo en cada aguja,
tiembla el sol si mira a la luna a los ojos.
Se nubla la imagen de un alma distante
se eleva cada gota de agua al cielo hirviendo,
baila con cada paso la hormiga perdida.
Sueño que no despierta a la vez que el día,
noche que no quiere apagar nunca una estrella,
acorde arpegiado en cada beso sobre la piel.
Gime cada puerta del pasillo hacia la nada,
ahoga la llama sumergida en arena de sopor,
amanece cada grito abyecto de placer iracundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario