29/06/2015
Y esta vez fue la luz lo que lo iluminó todo, e incluso al caer la noche siguió el resplandor, la luna molesta en la cara por su luz radiante, cogeré un moreno de luz de luna llena, cada parada, cada descanso es un tiempo eterno y efímero como un beso azul. Vivir para aprender, aprender para vivir, nunca me había sentido tan vivo como aprendiendo que ir cantando por el camino es la mejor forma de ver los horizontes brumosos entre los acantilados. Ver para oler, oler para ver, apreciar la dirección de la corriente en las infinitas partículas de la superficie y engullir la brisa del mar que se atrapa por las fosas nasales y mueren para dejar el cadáver de su recuerdo en el corazón.
Sentir para hablar, hablar para amar, cada dulce gesto de gente nueva, cada carcajada estúpida, la necesidad de gritar por la calle, recordar a las personas que querría tener conmigo. Bobadas de mi cabeza que baila al ritmo de impulsos, exhausto, necesitar escribir antes de dormir, de escribir bobadas.
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