A la mierda, harto de tragarme la basura de cada constelación inconclusa, deshecho de ridículas ganas de nada.
No hay qué perder, ni qué ganar. Sola la dulce marea de continuos caos. Diminutos recuerdos ahogados en estúpidas lágrimas cada mortífero segundo previo a la angustia del sueño del que no sabes si despertarás, intentando imaginar qué se sentirá los últimos instantes de esta perra vida.
ITA EST
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