Tus palabras, hojas de otoño tras el vendaval, lucen sin alma en el opaco escaparate de las mentiras. Quejíos inertes, música sin oídos. No tengo palabras para decirlo, porque quiero decir menos que nada, aún menos.
Siento en mi anhelo una distancia odiosa, un amargo azul. Siento que nada significa, que se vuelve todo líquido pero estancado, se muere el valor, se acaba el arte, mueren las palabras.
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