Mocos negros tras una noche de incesante inhalación de polvo, frío y calor, tos, náuseas, mareos y fuerza bruta, los ojos vidriosos por el sueño, y rojos por las gotas de sudor que nos inundaban, solitario viaje de vuelta a casa una noche más, una nueva madrugada tras unos malos despertares, y unos tempranos atardeceres.
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