Liberación de energía al recordar aquel viaje, viendo el mar a mi izquierda, silencio, se podía escuchar las olas desde la furgoneta, todo estaba lleno, la vista, el oído, el corazón, el alma, la mente huyó, se dejo llevar por los interminables horizontes de la imaginación desmedida, la afinidad con el universo, la aceptación del implacable destino en el sutil verso del vaivén de una hoja cayendo golpeada por la brisa de la autopista. Viaje inconcluso, atravesando interminables puentes hasta el amanecer.
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