Cuando el cielo sopla con el viento fresco, cuando el aire entra con más dulzura en los pulmones, cuando todo se vuelve más absurdamente natural, cuando no hay nada por delante, y te das cuenta que lo que ya pasó no fue nada, aunque ese momento fuese lo mejor, o lo peor, no fue nada, si no se recuerda es como si no hubiese pasado, cada sentimiento a partir de éste momento será nuevo, sin más, sin menos.
Cada nube es nueva, cada rayo de sol, cada beso deberá ser nuevo, y no me sonrojaré si te digo que te quiero en algún momento, ¿para qué sonrojarse? ¿No crees?