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lunes, 31 de julio de 2023

Estamos para nada

¿Para qué estamos aquí?¿Es un valle de lágrimas? ¿Venimos a disfrutar? O quizás... Nada, existimos para existir, si existimos no importa, si dejamos de existir, tampoco importa. No es triste, tampoco es alegre, simplemente es. Puede ser un regalo o un castigo. Puede ser fácil o ser difícil, pero eso tampoco importa. Podría estar escribiendo esto o podría no hacerlo, y tampoco importa.¿Realmente existe una diferencia entre vivir o no?¿Qué nos aporta la existencia? De todas formas no importa. 

Tampoco importa rimar,
Ni siquiera el olor
De las olas del mar.
Tampoco importa el dolor,
Tampoco importa el color,
De una flor.

No importa tu mirada, 
Ni la sangre de mis venas
Ni una sonrisa, ni la luna.
No importa nada.

Ni las poesías ni las llamadas
Ni tus ojos ni el silencio 
Ni el canto de las ranas.

Ni las banderas ni las patrias,
Ni las canciones ni la almohada.
Ni los llantos ni la nanas.




miércoles, 10 de mayo de 2023

Caicena

Me encuentro paseando descalzo por el río, siento el agua fría deslizarse entre mis dedos, sé que nunca es la misma agua la que corre por este río, pero el cauce no ha cambiado demasiado en todo este tiempo, este río envuelto en misterios y leyendas, incluso su propio nombre nos supone un enigma, Caicena, quizás la leyenda de este nombre sea inspirada por las musas o quizás sea mi imaginación la que la está creando ahora mismo, mientras camino por su lecho y aspiro sus olores.

martes, 28 de febrero de 2023

Al principio...

Al principio, fue la voz, el primer instrumento. Los humanos creían en los espíritus de la naturaleza, y con la voz trataban de agradarlos, pedirles compasión, buena caza, buena cosecha, fertilidad, no sólo propia, pedían primavera. En algún momento remoto, algunos humanos, trataron de imitar a la naturaleza, sólo con la voz estaban muy limitados, sabían imitar el sonido del viento, de las aves, de las presas y de los depredadores, sabían incluso imitar el sonido de algunas emociones, pero había cosas que la voz no era capaz de hacer, cómo por ejemplo el germinar de una semilla, o el crecer de un árbol, o el abrir de una flor, podían imitar el sonido de la lluvia incluso el del trueno, pero no había sonido para las nubes negras, o los cielos despejados. Podían imitar el llanto de un recién nacido, la risa de un niño, o la tos de un anciano, pero no había sonido para la quietud de la muerte, sólo para el llanto.

Necesitaban el verbo, el pasado, el presente y el futuro, y ese verbo se tradujo en acción, y la naturaleza se representó a través del ser humano, cuando se cubrieron de ramas, de barro, de la corteza de los árboles o la piel de los animales se creó la ropa, pero cuando se cubrieron el rostro, se creó la máscara, y la naturaleza pudo hablar a través de la acción y el movimiento. Cuándo el sabio se cubría de pieles, ya no hablaba él, eran los espíritus de la naturaleza a través de él. Los dioses ahora se asemejaban a nosotros.

jueves, 2 de febrero de 2023

2023

La más tímida melancolía asoma entre la extraña soledad, soledad acompañada, que no me da tiempo para pensar, silencios inexistentes de ruidos que acallan pensamientos, embrollo irresuelto sin final, sin acabar ningún hilo de seda letal, ninguna idea realizada ni ningún diálogo original, ningún beso, ninguna risa real, ningún bostezo saciador, ningún aliento reparador. 

Llueven lunas llenas lamentando llamear, y crepitan sin ningún ruido cuando estallan sin cesar, sobre un hormigón desarmado, al otro lado de la ventana helada que prefiero ignorar. Menos lunas, menos anhelos, menos divagar, más agobios, más veneno, menos tiempo que desechar.

Menos recuerdos que hieren, nuevas heridas que sanar, menos poesía, menos hablar conmigo mismo. Menos atención. Menos poesía vacía que embellecer, menos silencios cómodos. Menos miradas que llegan al alma de los astros nocturnos, menos magia. Menos verbos, menos música, menos recuerdos nuevos que merezca la pena recordar.

Gracias, por tenerte aquí, por no irte, por seguir conmigo, por estar ahí, gracias al aire, al viento, a la tierra, madre, a la lluvia, las lágrimas, al tiempo reparador, al oxígeno, al hidrógeno, al carbono... Gracias a los brillos en los ojos que miran, a los oídos que escuchan los ruidos sutiles... Gracias a los que están, y a los que se fueron... Gracias a lo que nos legó Eumolpo, gracias a la poesía.